Primer cassette de La banda del cuervo muerto 1994

Un poco de historia

Nuestro antecedente inmediato es Carne de cañon. Punk cabeza. Sólo hicimos tres conciertos, un viernes a la noche en Monte Grande, y al día siguiente en Almagro junto a Detenido desaparecido. En la unica foto que hay de registro se nos ve con los cartones de vino. El tercer y ultimo recital fue en un cumple. Despues de reducir la casa a escombros salimos destroyer y rompimos todo por el barrio. Llegaron los patrulleros. Punto y aparte. Al otro año, con mas pilas y la misma borrachera comezamos a ensayar algunos covers de rock and roll. Como El demonio japones y la banda del cuervo muerto formalizamos en el año 93, por economia dejamos sólo La banda del cuervo muerto como nombre, para el 97 ya estabamos disueltos. Dejamos en el camino un cassette solista: "Abriendo el juego", grabado en un estudio analogico de ocho canales, y un cassette compartido con Mayokeze y Acción directa: "De regreso al sonido de la destrucción", que grabamos en el mismo estudio. En el año 99 nos volvimos a juntar para un solo recital que convocó la banda amiga Emociones perdidas, en Grand Bourg y el 6 de febrero de 2003 por pedido de los compañeros y las cmpañeras de La Anibal Verón nos juntamos (con el Cui en bateria) para un recital en el piquete al año del asesinato de Javier Barrionuevo en la ruta 205 en el barrio El Jagüel. Comenzamos a ensayar en la casa de la abuela Maria, calle de tierra, terreno al fondo. Ensayamos varias veces a la semana, con mucha cerveza caliente (la comprábamos de a cajón al distribuidor y no teníamos heladera). Debutamos una noche de sudestada en un bar a veinte metros de camino de cintura en el cruce de los cuatro ases. Al segundo tema el dueño del pub corto la luz asustado por el pogo. Aclarado el incidente, el pogo es un baile que consiste en empujarse unos con otros y que se parece a una batalla campal sin que se trate de ella, reanudamos, terminamos al salir el sol y dejamos un bar sin mesas. El fin de semana siguiente tocamos en una canchita de futbol, despues de otra lluvia, en medio del barro. Se haría costumbre tocar todos los fines de semana una o dos veces, donde sea y bajo las condiciones que se nos presentaran. Llega la prueba de fuego. Os mocos nos invita a tocar a 25 de mayo. Alquilamos un micro y llamamos a los amigos. Se llena. Nos emborrachamos. Konga sube a tocar Polizia de Titâs y ya no se bajaría más. Nos amigamos con Os Mocos y Loquero, tocaríamos pila de veces juntos. Hay que empezar a organizar un poco la rabia... Un poco de experiencia arrastrábamos, el fanzine Juventud Perdida, que a esta altura era una revista que se hallaba librando sus ultimas batallas. La estrategia fue el cruce de caminos, la esquina como espacio de sociabilidad, una pandilla con ideas, eso eramos. Los conciertos entonces moldeaban un discurso donde reconocerse. La mayoría de nuestros recitales fueron en el conurbano. Pronto circuló la noticia y los festivales por la unión de los barrios se convirtieron en un parada obligada del ruido bonaerense. Pero sólo hicimos seis. En el último dos bandas de dos barriadas distintas se disputaron la hegemonia en los conciertos y ahí se terminó la ilusión, ese día en Monte Grande cortamos trescientas entradas e invitamos a Un kuartito y Mayhem. Debutaba Martín en la bateria.